miércoles, 8 de abril de 2009

Contribuciones de un blog desde el concepto de empowerment y trabajo en red para la educación para la salud en adicciones

En el momento actual se reconoce la necesidad de desarrollar espacios sociales que permitan a la gente, asumir roles protagonistas de su propia historia. Para ello, retomamos el concepto de empowerment (empoderamiento, término como el poder de hacer, de ser capaz, así como de sentirse con mayor control de las situaciones) que contribuye a repensar las estrategias de educación para la salud y las prácticas clínicas en lo referente a la relación entre profesionales y usuarios.

Es necesario apuntar hacia procesos que buscan promover la participación mediante el aumento del control sobre la vida de los individuos y las comunidades, y la mejora de la calidad de vida. Se espera como resultado, el aumento de la capacidad de los individuos y los colectivos para definir, analizar y actuar sobre sus propios problemas.

A través del empoderamiento respecto la promoción de la salud se pretende capacitar, posibilitar y hacer viable que los individuos y colectivos se preparen para vivir todas las etapas de la vida, entre ellas el afrontamiento de sus enfermedades.

En Estados Unidos el concepto empowerment se desarrolla desde diferentes modelos teóricos y diferentes disciplinas e incorpora supuestos de las teorías de autoeficacia, locus de control, competencia y poder. La literatura sobre falta de poder (powerlessness) y riesgo de enfermedad demuestra que el concepto se ha examinado desde el punto de vista de la epidemiología social, investigación ocupacional, estrés, psicología social, psicología comunitaria y organización comunitaria. En Latinoamérica, se desarrolla desde la teoría de Paolo Freire. Este modelo incluye aspectos de auto-concepto, análisis crítico del mundo, identificación con la comunidad, cambio comunitario y político

Aplicado a la salud, la premisa central del modelo de empowerment según Paolo Freire es que el contexto social donde se lleva a cabo la educación para la salud no es neutral. Si las situaciones de vida exponen a riesgo a la gente y si éstas tienen falta de control sobre su destino, esta realidad estará presente en la relación profesional-participante. Para Freire el propósito de la educación debe ser la liberación humana que significa que la gente es sujeto de su propio aprendizaje, no vasijas vacías donde se deposita el conocimiento (Wallerstein, 1992). Esto conlleva una redefinición de la relación profesional-participante, a una donde la persona participante es quién decide el curso de acción del tratamiento. Es decir, la participante toma control de su vida, enfermedad y cuidado.

Reconocer y validar el poder del 'otro' conlleva un compromiso, no a niveles teóricos sino en la práctica cotidiana. Conlleva, además, el reconocimiento de prácticas paternalistas. La salud es un derecho de todas, pero unos pocos se han apropiados de los recursos necesarios para el bienestar humano. Promover, proveer destrezas y facilitar los espacios para el desarrollo del poder constituye en este momento una tarea para la reflexión y la acción.

Más que mejorar la información e inducir comportamientos, el proceso de empoderamiento debe estimular la reflexión crítica y la capacidad de intervención y de cogestión de los problemas por parte de los individuos y colectivos. Las más importantes metas de la reforma en salud no están sólo encaminadas a mejorar la salud de la población, sino también a incrementar la participación de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones y en la responsabilidad por su salud.

EMPODERAMIENTO DE PACIENTES (usuarios)
Los servicios de salud tienen la particularidad de que sus clientes forman parte activa en la realización de ese proceso. Realmente, sin la contribución del paciente, dicho proceso está incompleto y en muchas ocasiones no es posible su realización.
Para el desarrollo de "empowerment" desde el modelo propuesto en la teoría de Freire se sugieren diferentes pasos: (1) escuchar las experiencias de vida de las participantes y hacerlos co-investigadores de las reflexiones sobre las situaciones que afectan su vida, (2) desarrollar un diálogo sobre las situaciones que permita que todas- participantes y profesionales- compartan por igual las interpretaciones de la realidad, (3) promover la problematización de manera que se puedan identificar las causas de las situaciones,(4) establecer la meta de pasar de la reflexión a la acción. Es decir, al cambio personal y social (7).
El empoderamiento de pacientes contribuye a que la persona:
· Asuma una responsabilidad mayor sobre su enfermedad.
· Desarrolle una cultura hacia estilos de vida que le sean más favorables,
· Conozca a profundidad su problema, tratamiento, posibilidades, riesgos,
· Aprenda a prevenir los problemas que puedan presentársele, a reconocerlos si ocurrieran y como obtener ayuda si le fuera necesario.
· Disponga de los conocimientos y habilidades básicas para medir su propio avance.
· Gane en autoconfianza y tenga la posibilidad de sentirse más pleno
· Entre en contacto con profesionales, pacientes con situaciones similares, compartan ideas, se aconsejen respectivamente.
En la concepción de empowerment education el profesional de la salud no debe ser un simple reproductor de conocimientos y de experiencias, ni el usuario un receptor pasivo de lo que le es transmitido. Es una concepción que demanda una capacidad de escucha del otro. Bajo esta concepción los sujetos relacionados (profesional-usuario) deben desarrollar, siempre que sea posible, una relación que posibilite el diálogo que contribuya a la producción de valores de uso que responda a las necesidades concretas y que aumente el coeficiente de autonomía de los sujetos para vivir la vida de una manera autónoma y socialmente responsable.

FORMAS Y VÍAS. CAMBIOS EN LA RELACIÓN SANITARIO-PACIENTE

En un sistema de relaciones abierto como el que se plantea, es necesario renovar los mecanismos de comunicación. Pasar de la clásica comunicación sujeto-objeto a la de sujeto-sujeto reflejo del cambio que se produce desde los mecanismos de ordeno y mando hacia los enfoques participativos. Los mecanismos de información tienen que ser entonces más directos, rápidos, interactivos e implican que el paciente:
· posea acceso amplio a la información que requiera,
· esté habilitado para analizar y solucionar problemas y pueda efectivamente tomar las decisiones al respecto,
· pueda participar
· se sienta comprometido con la organización y con su proceso personal
Se sugiere el ejercicio de la práctica profesional guiada por el entendimiento del usuario en tanto sujeto-ciudadano portador de derechos que valoricen la colaboración entre profesionales, individuos y comunidades, en sustitución de una práctica jerárquica y alienada en el que el profesional es un proveedor de servicios y el usuario un cliente o consumidor.

Internet ha conectado a los pacientes que padecen una misma enfermedad. Ha traído consigo la democratización del conocimiento y ha generado un número mayor de fuentes de información sobre salud, en las que los grupos de pacientes, y no los profesionales, están teniendo la iniciativa. Los pacientes han apostado por Internet para informarse sobre sus dolencias, ser escuchados, buscar y ofrecer apoyo a otras personas en su misma situación. Gracias a Internet, el usuario puede interactuar no sólo con otros pacientes sino también con los profesionales sanitarios.

Sitios especializados en Internet como los blogs no solo brindan información sencilla y adecuada a los pacientes, sino que también están abiertos a consultas en línea e incluso crean vías de intercambio y comunicación entre pacientes y profesionales con problemas similares.

A través de las posibilidades del blog; texto, audio, fotos, pases de diapositivas, videos, ponemos a disposición de nuestros pacientes y sus familias información relevante para su recuperación, la naturaleza del problema de la adicción y el proceso terapéutico, resolvemos las dudas más habituales, ofrecemos indicaciones sobre situaciones de crisis, reforzando contenidos importantes fuera del tiempo de terapia.

Por otro lado la comunicación es bidireccional, ya que cuenta con herramientas para realizar consultas o comentarios que pueden ser contestados por el propio terapeuta o por otros pacientes. De la misma manera los contenidos pueden ser compartidos y utilizados por otros recursos similares, comunidades terapéuticas, hospitales, pisos de apoyo al tratamiento, módulos de tratamiento en prisión, etc., uniendo a profesionales que comparten el mismo interés o la misma tarea.

La teoría del empowerment ayuda a entender el trabajo en red porque promueve:

1. Los valores de la solidaridad, generosidad, igualdad y respeto
2. El estilo de trabajo horizontal y dialógico
3. La participación de los ciudadanos.
4.El trabajo en red de los profesionales e instituciones (horizontalidad, participación, compromiso, solidaridad y generosidad)
5. La optimación de los recursos humanos y materiales
6. Generar respuestas creativas para conjugar los recursos institucionales, sociales y empresariales en pro de una salud para todos incidiendo de manera muy especial en los sectores mas desfavorecidos.

A pesar de la importancia del trabajo en red se presta todavía poca atención a la construcción de la red profesional. La comunicación, coordinación e integración de acciones de los profesionales que trabajan en una misma comunidad o en niveles diferentes de un mismo sistema (sanidad, servicios sociales, educación..) es imprescindible si queremos trabajar en una perspectiva de redes con los usuarios, sistemas familiares y grupos desde la comunidad y para la comunidad.

El trabajo en redes pone en relación de forma circular y abierta los recursos naturales de las personas, familias, grupos, organizaciones comunitarias, miembros de la comunidad y éstos a su vez con los servicios y programas públicos, privados y concertados que se ofrecen a través de los profesionales.

Este trabajo en redes no se define tanto por lo que se hace sino por cómo se hace. Es un trabajo en positivo, de desenredo de nudos de conflicto, de fluidez y de eficacia, aprovechando los recursos de la comunidad con un planteamiento ecológico que pone una atención especial a los cambios y a las crisis que ha vivido la propia comunidad y analiza las reacciones y respuestas ante ellos y ante los conflictos, que parte de esas respuestas para afrontar situaciones nuevas en los distintos sectores de población, que presta una atención especial a las figuras sobrecargadas de las organizaciones comunitarias y que cuida a los que cuidan en todos los sistemas de ayuda.

Optar por un cambio de modelo de intervención como el descrito supone una serie de ventajas, entre las que destacamos las siguientes:

1. Sinergia de recursos.- Contar con más actores vinculados en un contexto de proximidad, confianza y compromiso, supone una mayor movilización de recursos.
2. Democratización de prioridades.- La presencia de todos los actores supone un proceso de construcción de la realidad a través de las distintas realidades, priorizando democráticamente aquellas parcelas de intervención que requieren mayor atención.
3. Presencia pública sin estructura democrática.- Estas nuevas formas de intervención posibilitan la participación de las instituciones públicas sin las limitaciones que conllevan las estructuras burocráticas.
4. Adaptación más rápida a la realidad social.- La horizontalidad de la red y la escasa burocracia hacen del modelo de trabajo en red un modelo más ágil y dinámico capaz de adaptarse y responder sin demora alguna a las necesidades sociales.
5. Más coordinación y evitación de duplicidades y competencias.- A menudo podemos comprobar cómo la descoordinación, solapamiento, las duplicidades y las competencias entre los diversos actores no solo entorpecen y dificultan las intervenciones sino que reducen considerablemente la calidad final de la intervención social desaprovechando el potencial sinérgico de la red.
¿Cuando, cómo, dónde y quién, le dará una razón, un motivo, provocará una circunstancia, generará una situación para CAMBIAR?