miércoles, 25 de marzo de 2009

La adicción desde el sujeto en juego


Se piensa en ocasiones al adicto como una persona que no quiere cambiar, y en ese caso el éxito terapéutico depende de la presión a la que se haya sometido por su familia e incluso su terapeuta. El hecho del consumo de drogas resulta de un modo independiente de la motivación de la persona adicta. Parece que la adicción así vista carece de motivaciones e intereses propios del individuo, y que lo único que debe perseguirse es el logro de la abstinencia a través de la pertinente desintoxicación (quiera o no quiera). La persona debe aceptar estos objetivos o adecuarse a ellos. En este caso sólo se logra un compromiso externo para dejar de consumir o se miente para encubrir y hacer desaparecer las presiones ambientales. El paciente se convierte en manipulador, mentiroso y no comprometido respecto las amenazas externas a las que está sometido. Cuando el consumo en sí es el problema de forma independiente del sujeto, conduce a la abstinencia como única meta o condición del tratamiento. Debe dejar de consumir para comenzar y mantener tratamiento. Esta exigencia supone una adicción sin motivaciones, sin una subjetividad en juego, donde sólo se atienden a los efectos de la droga. Unido a la falta de motivación intrínseca para rehabilitarse está la alta frecuencia de recaídas que lleva al planteamiento de utilizar tratamientos más restrictivos o menos permisivos. Supone un adicto frágil a su deseo de consumo por lo que es necesario una amenaza importante para evitar cualquier riesgo. Aquí también se sobrepone el concepto de consumo incontrolable, fuera del poder del sujeto. Se impone bajo esta premisa un terapeuta que exija o prohíba el consumo dado lo incontrolable de la droga y de la impotencia de su manejo por el paciente.

Otra visión se plantea la motivación y el compromiso como un proceso, con etapas, ambivalencias que son necesarios trabajar para lograr un compromiso efectivo con la meta de la terapia. El cambio aquí es un proceso con avances y retrocesos, que implica una preparación. No basta tener conciencia para que la persona tenga motivación al cambio, y no basta la motivación al cambio para que la persona realice un esfuerzo por cambiar o bien mantenerlo. No basta con que la persona toque fondo. Puede que la persona que está sufriendo producto de su adicción no comience la rehabilitación de manera inmediata. Tampoco que por saber todo lo que perdió o lo que puede perder implique que no pueda volver a recaer en la misma situación de consumo.

Tocar fondo no depende de cuánto se ha perdido sino sobre todo de factores motivacionales. Para empezar el cambio la persona debe sentirse motivada para intentarlo, si cree que intentarlo es mejor que mantenerse en el fondo. Tocar fondo alude aquí a una decisión de querer cambiar y no de la gravedad objetiva de las consecuencias del consumo. Se hace necesario orientar la psicoterapia desde las motivaciones de la persona adicta. El tratamiento existe porque el consumo trae consecuencias negativas para el sujeto; pero estas consecuencias están definidas no por criterios objetivos; son consecuencias negativas para las motivaciones y metas de la propia persona. Por lo tanto son las motivaciones de la persona las que nos orientan en la definición del problema. Si un tratamiento no se ubica desde el sufrimiento de la persona, pierde el sentido de su trabajo.
Resumido de "Principios de psicoterapia en adicciones" de Eduardo Caulier Lillo, Summa Psicológica UST, vol 4, nº1, 21-29

martes, 24 de marzo de 2009

Adolescentes y Abuso de Sustancias 2


Seguimos con la serie de audios del programa con sentido común en las adicciones del Dr Cantú. En esta parte se narran los inicios del consumo, las estrategias de engaño o simulación de las primeras intoxicaciones, actitudes, identificaciones, percepciones y valores en juego. Relaciones y agrupación con iguales que comparten la misma actividad. Consecuencias en las relaciones sexuales, rendimiento escolar, etc. Respuestas familiares ante estas primeras experiencias y modo de relación con la familia para justificar y mantener la conducta. La ilusión de control sobre el consumo y el proceso de escalada.

Parte 1



Parte2




Serie disponible en http://www.consentidocomun.com.mx/?cat=10

sábado, 21 de marzo de 2009

Familia y drogas: Claves para actuar a tiempo

Las drogas constituyen un camino que muchos adolescentes y jóvenes se empeñan en transitar, pero no todos lo hacen igual de (des)protegidos. Mientras unos "conducen" todo terrenos provistos de airbags y frenos de emergencia, otros lo hacen en coches destartados. Aunque el camino sea el mismo, la probabilidad de sufrir daños es diferente. Muchos de los consumidores van a seguir un patrón típico de frecuencia e intensidad del consumo caracterizado por una disminución progresiva o una estabilización controlada de dicho consumo según avanza a la edad adulta, y en muchos casos empeñarse en eliminar el consumo "a toda costa" puede empeorar más las cosas. Sin embargo recursos como poseer habilidades para la vida, la autoestima asociada a logros formativo-laborales, poseer un proyecto de vida o formativo-laboral a medio-largo plazo, poseer alternativas de ocio o las oportunidades para vincularse afectivamente con adultos positivos de referencia, constituyen excelentes puntos de apoyo que mejoran su probabilidad de salir indemnes de su relación con las drogas.

Sacado de "Odisea" Proyecto piloto de drogas en centros de garantía social, desarrollado por Ades.

jueves, 19 de marzo de 2009

Los Adolescentes y el Inicio del Abuso del Alcohol (parte 1)


Cada vez se consumen más drogas. Esto no se explica sólo por motivos de carácter individual, sino también por razones sociales. Las drogas se encuentran integradas en la cultura, responden a los estilos de vida y a los valores dominantes. Se han convertido en un producto de consumo más. En los últimos años, los consumos asociados al ocio y la diversión tienen una especial incidencia entre los jóvenes. La edad de inicio se reduce de forma alarmante. Paralelamente se ha producido una pérdida de la percepción del riesgo de los consumos. Consumir drogas es siempre un riesgo. Este riesgo puede variar según el tipo de sustancias, la forma de consumo, las características personales de cada consumidor, etc.

Fuente: "Cosas que todos debemos conocer", consultar texto completo en www.fad.es

En el siguiente audio se habla con 3 personas que ya tienen tiempo en su proceso de rehabilitación. De una forma cándida se discute como se fue desarrollando su enfermedad. Esta plática da información sobre sucesos que usualmente se presentan y nos dan aviso de que existe una problemática. Recomendamos este audio para todas las madres o padres que tienen hijos adolescentes.
La plática es entre los koofies y el Dr. Cantú de la CLINICA A.D.C. CANTU. Dedicada al tratamiento, la enseñanza, la prevención y el estudio de la CODEPENDENCIA, ABUSO DEL ALCOHOL Y EL USO DE DROGAS en http://www.consentidocomun.com.mx/?cat=10




miércoles, 18 de marzo de 2009

Adaptaciones neuronales inducidas por la cocaína


Emisión de Radio: Adaptaciones neurales inducidas por la cocaína por Emilio Ambrosio Flores (UNED), Miguel Miguéis Vázquez (Instituto Cajal de Madrid), Alejandro Higuera Matas (UCM).






La cocaína es una sustancia psicoactiva con un mecanismo de acción complejo que implica a varios sistemas de neurotransmisores, si bien es el sistema dopaminérgico el que parece participar en mayor grado en las acciones psicoestimulantes de esta droga. Esas sensaciones psicoestimulantes pueden variar en función de las expectativas de los sujetos ante la posibilidad de consumir. Cuando el consumo se instaura de manera regular, la droga produce neuroadaptaciones que parecen mantener el consumo y contribuir, junto con diversos factores psicosociales, a las recaídas en algunos individuos, aun después de prolongados períodos deabstinencia. Simultáneamente a estos efectos sobre el tejido nervioso, la cocaína afecta a otros tejidos corporales generando múltiples consecuencias adversas entre las que destacan sus acciones sobre el sistema vascular cardíaco y cerebral.

Trastornos adictivos: Organo Oficial de la Sociedad española de Toxicomanías, ISSN 1575-0973, Vol. 10, Nº. 3, 2008, pags. 151-165

http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=2859292

Vulnerabilidad a la adicción en adolescentes


Audio de la serie "ponte al día", espacio dedicado a los cursos de Formación Continua de la UNED, a cargo de D. Emilio Ambrosio Flores, Director del departamento de psicobiología y de Paz Viveros profesora de la UCM.





Resumen: Es un reto entender porque algunas personas presentan mayor vulnerabilidad a la adicción por las drogas. Se han estudiado factores psicológicos y sociales, sin tener suficientemente en cuenta que las diferencias de susceptibilidad a los efectos psicoactivos de las drogas es muy diferente en cada sujeto. La investigación preclínica y los estudios de neuroimagen sugieren que esta vulnerabilidad puede depender de deficiencias en los dopaminérgico, el glutamatérgico y el opioidérgico. Tras la fase inicial de exposición al consumo de drogas, la continuación en el mismo resulta en neuroadaptaciones cerebrales específicas que conllevan una mayor labilidad del sistema nervioso y un aumento de la dificultad de eliminar la dependencia. No obstante, excepto en el caso de la existencia de patologías psiquiátricas asociadas y previas, el riesgo biológico de adquirir drogodependencia es muy similar para todos. Por ello, más que indagar en aquellos factores biológicos que promueven vulnerabilidad a la drogadicción, deberíamos hacerlo en los factores ambientales psicosociales que protegen de ese general riesgo biológico. Desde la psicofarmacología experimental se pueden obtener indicaciones de cómo contrarrestar el consumo de drogas, especialmente en la fase inicial de exposición a estas sustancias. Se discuten tres ejemplos: el castigo, el coste de mantenimiento de la conducta adictiva y el ofrecimiento de reforzadores alternativos a las drogas para demostrar que es posible interveni ambientalmente. Verdaderamente, no deberíamos decir que los factores genéticos han inducido una mayor vulnerabilidad en unas personas que en otras, sino que no han existido factores ambientales protectores o no han sido suficientemente eficaces.

Fuente Adicciones: Revista de socidrogalcohol, ISSN 0214-4840, Vol. 15, Nº. 3, 2003, pags. 187-190 http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=723274

martes, 17 de marzo de 2009

Las drogas en el cerebro de los adolescentes


Os dejo un programa de radio de la serie "ponte al día", espacio dedicado a los cursos de Formación Continua de la UNED, a cargo de D. Emilio Ambrosio Flores (Director) del departamento de psicobiología y de Paz Viveros con el titulo "Drogas en el cerebro de los adolescentes". Espacio dedicado a los cursos de Formación Continua de la UNED. Se emite los miércoles 06:00 a 06:30 y recoge coloquios, debates o mesas redondas sobre temas de los diversos cursos de esta oferta educativa .





Como contrapunto teneis este documento de Pedro A. Nieto Sierra del Centro de Solidaridad de Zaragoza en el que se desarrolla el tema del uso de drogas en la adolescencia. Disponible en
http://www.fundacioncsz.org/images/pdfs/EL%20USO%20DE%20DROGAS%20EN%20LA%20ADOLESCENCIA.pdf

Recuperación en adicciones


No es posible establecer el perfil del toxicómano que permita predecir su evolución hacia la recuperación a partir de los diferentes factores aportados, observados y analizados. Sí es posible determinar un historial, unas circunstancias tanto personales como sociales, concretas que en un momento de la evolución de la conducta interaccionan consiguiendo un equilibrio compensado entre sus deseos de cambio, sus recursos personales y de apoyo que le permiten progresar hacia la recuperación. La existencia de una conjunción de algunos factores propiciatorios que vayan combinándose y fortaleciéndose a lo largo del proceso y cimentando los iniciales deseos de cambio provocados por una forma de vida que resulta insoportable hará que las posibilidades sean mayores, y que más factores negativos implican mayor dificultad para consolidar el cambio, incluso en los casos en que la motivación es elevada. Los factores psicológicos y sociales son mucho más relevantes en el mantenimiento de la abstinencia y el cambio de estilo de vida que los factores relativos a la sustancia. Encontramos variables psicosociales previas a la adicción, que en si mismas y por su influencia en la configuración de la personalidad, cumplen un papel clave en la posterior recuperación: la transmisión de valores, la cohesión familiar, la edad y el motivo de inicio, la salud mental, las relaciones de iguales, etc. Así mismo, un mayor nivel de integración social previo y durante la etapa adictiva se revela como un elemento favorecedor del cambio.

Durante la etapa de tratamiento el apoyo social (institucional y del entorno más íntimo) aparece como un elemento necesario para cimentar el cambio tanto por las propias transacciones de ayuda como por la necesidad de tener personas en las que apoyarse y a través de las cuales se justifique una parte del esfuerzo y la perseverancia. Las familias cohesionadas que establecen límites claros, flexibles consistentes y coherentes con los valores familiares y cuyas relaciones se basan en el afecto constituyen un apoyo en la recuperación, mientras que las muy patológicas pueden entorpecer el proceso. Así mismo, la motivación interna o externa, la autoeficacía percibida, las expectativas de éxito, las ganancias anticipadas o vividas etc., constituyen aspectos personales positivos para el cambio mientras que la comorbilidad psiquiátrica entorpecerá en mayor o menor medida el proceso. No obstante, debemos tener en cuenta, que el criterio relativo a la inserción social, en la selección de la submuestra de los toxicómanos recuperados, excluye a los que sufren psicopatología aguda, pues la propia enfermedad mental, no les permite normalizar su vida aunque consiguieran mantenerse abstinentes. Ningún tratamiento se revela como el más potente o ideal para todos los casos y en diferentes situaciones sino que se apuesta por los programas individualizados atendiendo a la demanda y, a la realidad personal y social de cada individuo. Cuando exista carencia de recursos personales y/o sociales es mejor recurrir a programas con objetivos menos ambiciosos y más a largo plazo. La experiencia acumulada durante las etapas previas de deshabituación y la propia recaída supone un aprendizaje y por la experiencia que aportan le pueden preparar para un próximo intento.
Resumen de la tesis doctorado de Maria Carmen Albiach Catala disponible en http://www.tesisenxarxa.net/TESIS_UV/AVAILABLE/TDX-0713104-133913//albiach.pdf

sábado, 14 de marzo de 2009

Situaciones de riesgo en la deshabituación de sustancias (El caso Simpson)

Este episodio(*) narra con su habitual estilo algunas de las situaciones que os resultarán conocidas en el proceso de recuperación y en el inicio de tratamiento.

(*) Tomado de Capítulo número 16 de la temporada 4 (Cuarta temporada): Nombre del episodio: Sin Duff

miércoles, 4 de marzo de 2009

Principios del tratamiento en patología dual



Tradicionalmente el manejo de la patología dual se basa en el binomio psicoterapia + farmacoterapia, el hecho de que exista sintomatología basada en rasgos de la personalidad profundamente arraigados, no significa que sus manifestaciones patológicas no puedan tratarse.

El TUSP no puede tratarse como un proceso agudo, sino como un proceso subagudo o crónico. La incapacidad para tolerar y elaborar la ansiedad se halla en la base emocional de este problema sociosanitario y mental.

En el tratamiento es muy importante favorecer la alianza terapéutica, pero manteniendo un control conductual estricto.

La importancia de esta relación se pone de manifiesto, cuando se concluye que entre el 36% y el 57% de la varianza del resultado final de cualquier psicoterapia se debe a la alianza terapéutica establecida con el paciente.

La alianza como el encaje y colaboración entre el cliente y el terapeuta tiene componentes que la configuran: (a) acuerdo en las tareas, (b) vínculo positivo y (c) acuerdo en los objetivos.

El manejo de los pacientes con PD debería contar de manera individualizada con un plan de actuación respecto a su tratamiento y un plan de actuación en situaciones de crisis.

Es importante hacer evaluaciones multidisciplinares periódicas, en las que intervenga todo el personal en contacto con el paciente, incluyendo medidas subjetivas y objetivas de sintomatología junto con la explicación de la relación entre sus trastornos mentales y adaptación al régimen de tratamiento.

El plan de tratamiento debe cubrir cada uno de los problemas de conducta, debe ser realista, multidisciplinar, no basado en el castigo, basado en la evidencia, humano, flexible y evaluado de forma regular.

Hay una serie de inconvenientes para el tratamiento:

- Las dificultades de relación entre sanitario y paciente, ya que estos enfermos toleran mal cualquier forma de autoridad, realizan demandas atípicas y frecuentes consultas urgentes.

- La adherencia terapéutica es mala.

- La comunicación del terapeuta con el paciente debe ser clara y franca y el manejo de las fuertes respuestas emocionales y de las crisis, rápido y directo.

- Algunos rasgos inadaptativos se mitigarán si cesa el consumo de psicofármacos, otros como la impulsividad o la baja tolerancia a la frustración pueden acrecentarse durante la abstinencia.

A pesar de todos estos inconvenientes muchos pacientes pueden beneficiarse de las psicoterapias, siempre basadas en una buena alianza terapéutica.

Respecto al manejo específico del TUSP no hay que olvidar, que el objetivo de la abstinencia completa puede ser poco realista en un primer momento, por lo que la meta debería ser al menos conseguir el reconocimiento del sujeto de que padece un TUSP y un compromiso para ser tratado.

Los objetivos específicos de la terapia son por orden de prioridad:

- Establecimiento y mantenimiento de la alianza terapéutica
- Vigilancia del estado clínico del paciente
- Tratamiento de los estados de intoxicación y/o abstinencia
- Desarrollo y facilitación del cumplimiento de un programa terapéutico individualizado
- Prevención de recaídas
- Educación sanitaria individual y del grupo social de pertenencia
- Contribuir a la mejora de la comorbilidad reduciendo el impacto del TUSP

Según las características de cada paciente, en un intento de homogeneizar los distintos casos posibles se puede plantear la siguiente clasificación:

TP y consumos altos: lo prioritario es el tratamiento del TUSP

Consumo moderado: buscar una alianza terapéutica para controlar el consumo de tóxicos y comenzara tratar el TP (síntoma más desadaptativo).

TP sintomático + consumo activo de tóxicos: los típicos casos que quedan fuera de la red asistencial habitual, solo contactan con un servicio médico de urgencia o de instituciones judiciales como la penitenciaria.

La mayoría de las intervenciones terapéuticas, incluidas las psicofarmacológicas, son ineficaces mientras persiste el comportamiento adictivo, por tanto es prioritario el control del TUSP.

Una de las dificultades para el tratamiento de la PD es la retención del paciente en el programa terapéutico, las principales causas de este problema son:

- Debidas a los profesionales: a causa de la aparición de prejuicios de rechazo del paciente y/o de la terapia. Por ello es importante mantener una actitud neutral ante la adicción. Lo mejor es plantear una confrontación ante los comportamientos adictivos, una confrontación con lo destructivo de la conducta adictiva, “yo confío en Vd para trabajar conmigo pero los dos deberíamos desconfiar de la adicción que Vd. padece”.

- Debidas a la alianza terapeutica (AT): su fomento es clave en cualquier patología pero más en la dual, hay algunos factores que la afectan:

· los resultados de la terapia dependen más de la AT que de las teorías o las técnicas
· los ingredientes mas activos en cada terapia son los más ligados a la AT
· los elementos fundamentales son la comprensión, el respeto, el interés, el estímulo, el perdón, la aceptación.
· La AT se establece en la 3ª o 4ª sesión
· La actitud negativa y hostil bloquea toda la actividad terapéutica

- A los rasgos de personalidad: rasgos como elevado neuroticismo, o elevada búsqueda de sensaciones se asocian a peores resultados terapéuticos.

- Al estilo cognitivo: hay peor pronóstico si:

· Hay una percepción de que los acontecimientos son controlados externamente al sujeto ( locus de control externo)
· Hay una tendencia a ser influido por estímulos procedentes del entorno que por la propia percepción interna, interpretación o juicios propios (dependencia del entorno)
· Hay una baja capacidad de abstracción y resolución de problemas (inteligencia baja)
· Hay una baja integración perceptivo-motora, baja memoria compleja, baja capacidad de autoobservación y autorregulación de la conducta con escasa habilidad del lenguaje y del racionamiento verbal.
· Estilo cognitivo impulsivo, no reflexivo, que da lugar a una incapacidad para anticipar consecuencias futuras de los actos, para percibir los problemas y sus posibles soluciones y para mantener la decisión de alcanzar metas personales a medio-largo plazo.

- Debidas a la contratransferencia: a menudo el profesional siente frente a este tipo de pacientes, sentimientos negativos que le pueden producir:

· bloqueo, parálisis, falta de creatividad en la terapia
· desaliento ante un patrón repetitivo de recomienzo desde cero en cada sesión de terapia
· sentimiento de relación utilitarista y de desvalorización por parte del paciente
· distanciamiento emocional defensivo y oscilante
· temor a activar una de las frecuentes reacciones de ira con paso al acto
· desconfianza filoparanoide ante el paciente
· temor a la agresión física
· rechazo, deseo de quitárselo de encima
· actuar como un objeto interno proyectado desde el paciente (padre hipercrítico y controlador) y al que el paciente ataca
· omnipotencia mesiánica con actitud de total dedicación al paciente
· sentimientos de critica al resto de compañeros sanitarios y a la institución

martes, 3 de marzo de 2009

Patología dual





Los problemas asociados a la drogadicción pueden variar significativamente. Las personas adictas a las drogas provienen de todo nivel social. Sufren problemas psicológicos, laborales, físicos, o sociales, los cuales hacen que sus trastornos adictivos sean más difíciles de tratar.

Hablamos de patología dual (PD) cuando coexisten en el mismo sujeto un trastorno por uso de sustancias (TUSP) y cualquier otro trastorno psiquiátrico. El TUSP es un comportamiento que implica un consumo inadecuado de sustancias psicoactivas, esté o no presente ya una dependencia.

Cada vez resulta más frecuente encontrar en la clínica trastornos psiquiátricos asociados al consumo de drogas, siendo más frecuente en adictos que en la población general. Muchas veces, la sintomatología que produce un TUSP puede ocultar un trastorno mental asociado.

En patología dual podemos encontrar diversos trastornos:

• Trastornos psicóticos
• Trastornos del estado de ánimo
• Trastornos de ansiedad
• Trastornos de la personalidad

La atención a la patología dual es complicada, no sólo por la necesaria formación técnica que se exige sino por la actitud, implicación y compromiso que necesitan los profesionales para asistir a este tipo de personas con enfermedad mental.

Encontramos una serie de semejanzas o similitudes entre los trastornos relacionados con uso de sustancias y otros trastornos psiquiátricos.

• Se trata de trastornos crónicos, progresivos y que cursan con recaídas.
• La sintomatología incluye falta de control conductual y emocional; pueden encontrarse conductas erráticas y bizarras.
• Es común la negación de enfermedad. El reconocimiento de la misma puede ocasionar sentimientos de desesperanza, fracaso y vergüenza.

Respecto a la causa del proceso:

Las enfermedades mentales y el consumo de drogas están muy frecuentemente interrelacionados. Sea por inducción (el consumo de drogas induce a la enfermedad mental o viceversa), por desencadenamiento (el consumo de drogas desencadena la enfermedad mental o viceversa), por recaida (el consumo de drogas provoca la recidiva de la enfermedad mental o viceversa) o por agravamiento (el consumo de drogas agrava la enfermedad mental o viceversa), el caso es que el abuso de drogas condiciona con frecuencia trastornos mentales.
Alrededor del 50% de los enfermos mentales consumen drogas en algún momento y un buen número de drogodependientes padecen trastornos mentales.

Es difícil definir en cada caso qué es lo primero y qué es la consecuencia pero, con el paso del tiempo, es decir, cuando se padecen estas alteraciones durante años, que es en el momento en que asistimos a la mayoría de estos pacientes, es exactamente igual y esa disyuntiva no tiene interés.

Finalmente cabe hacer dos consideraciones que sintetizan la importancia de la patología dual:

• Los pacientes con patología dual tienen peor ajuste social y función psicológica, mayor numero de hospitalizaciones, mayor presencia de conducta violenta o ilegal, ideación o conducta suicida, peor cumplimiento terapéutico y mayores dificultades de acceso a la red asistencial que los que solo sufren de abuso de sustancias u otro trastorno psiquiátrico.

• La detección y el tratamiento precoz lleva a un mejor pronóstico de la patología dual.

Riesgo para trastornos por uso de drogas según patología psiquiátrica

El estudio ECA realizado por Regier y cols mostró la elevada comorbilidad entre trastornos relacionados con consumo de sustancias y trastornos psiquiátricos.

En drogodependientes aumenta 4 veces el riesgo de padecer otro trastorno mental.
En los cocainómanos aumenta a 11 veces.
Las personas con un trastorno mental tienen 4,5 veces más riesgo de presentar trastornos por uso de drogas.

Desde otra perspectiva, si la prevalencia/vida del TUSP en la población general es de un 16,7%, entre los TP es de un 84%, en los trastornos esquizofrénicos es de un 47%, entre los trastornos afectivos de un 32% y de un 23% en los trastornos de ansiedad.

Se observan por tanto, asociaciones repetidas de una serie de cuadros psiquiátricos:

1. TP + TUSP

Los Trastornos de personalidad constituyen la patología comórbida más prevalente y problemática en su manejo.

Algunos autores hablan de “cambios de personalidad” que tienen lugar en sujetos con adicciones. Ya que tendrían lugar una serie de cambios explorables a través de los síntomas diana que parecen estar más relacionados con procesos biológicos:

• Distorsión cognitiva de la vivencia de realidad.
• Dificultad para controlar impulsos (drogas y otros…).
• Inestabilidad afectiva con reacciones excesivas ante distintos acontecimientos.
• Ansiedad que condiciona el comportamiento ante situaciones diversas.

Verheul explica esta comorbilidad debido a que los TP están en la raíz de la etiología del TUSP por una triple vía:

- la propensión a la desinhibición del comportamiento
- a la búsqueda de sensaciones
- a la tendencia a la reducción del estrés
- a la mayor sensibilidad a la recompensa

Hay por tanto evidencia epidemiológica que señala la elevada comorbilidad entre TP y TUSP con prevalencias entre el 37% y el 74% según los diferentes estudios.


2. TUSP + T. de Ansiedad
El motivo principal de consulta en este cuadro de patología dual son los cuadros de ansiedad, nos encontramos con situaciones en las que las drogas han llevado a la ansiedad o en las que la ansiedad conduce a las drogas. Es una situación compatible tanto con los trastornos de ansiedad como con los de personalidad, afectivos o psicóticos.

3. TUSP + Trastornos Afectivos
En general podemos encontrarlos en la intoxicación por opiáceos, inhalantes, alucinógenos o fenciclidina y tanto en la intoxicación como en la abstinencia por alcohol, cocaína, anfetaminas y benzodiacepinas.

Se han asociado frecuentemente con el consumo crónico de cocaína, el 20% de estos cuadros son trastornos bipolares.

4. TUSP + Trastornos Psicóticos
Algunos datos epidemiológicos que resaltan la importancia del diagnóstico en patología dual son:

• En el estudio ECA se encontró que el 47% de los pacientes con esquizofrenia eran consumidores de sustancias adictivas.

• En el Trastorno Bipolar I el 60,7% de los pacientes presentaban adicciones.
¿Cuando, cómo, dónde y quién, le dará una razón, un motivo, provocará una circunstancia, generará una situación para CAMBIAR?