sábado, 7 de febrero de 2009

¿Cómo pueden colaborar la familia y allegados a la solución del problema?

El curso natural de la adicción es tal que se toca fondo si nadie interfiere. Pero las personas que rodean al adicto, con toda su buena intención, pueden eliminar algunas de las inquietudes provocadas por las sustancias químicas. Por ejemplo, un colaborador cubrirá al compañero que tiene resaca. Esto evita que se dé un cambio de percepción de mayor a menor inquietud y permite que siga la adicción activa. A esto se debe que a las personas que impiden las consecuencias dolorosas del consumo de drogas se les llame facilitadores o codependientes.

Recordemos, que permitir que ocurran las desagradables consecuencias naturales no es lo mismo que castigar al consumidor. Castigar es infligir un dolor desde el exterior. Si por ejemplo, un bebedor considera el matrimonio como una fuente de inquietud, se separará en lugar de dejar de beber. Sólo cuando el alcohólico descubre que su consumo es lo que provoca su sufrimiento, la sobriedad se volverá una solución.

Las percepciones de los adictos también se modifican cuando perciben las gratificaciones de la abstinencia. Cuando éstas empiezan a ser superiores a las de las sustancias que les alteran la mente, los adictos pueden cambiar sus percepciones de cuál es la fuente de mayor o menor inquietud.

Reunirse con gente sobria y ver que son felices y productivos demuestra las gratificaciones de la abstinencia. Obtener una respuesta positiva a la sobriedad de parte de la familia, de los amigos y de los colegas es una gratificación. Recobrar la autoestima es un premio, y lo es también conservar el empleo.

El adicto activo puede reconocer que todo son como gratificaciones y seguir sintiendo que están fuera de su alcance. Aquí es donde una terapia apropiada, con una elaboración realista y adecuada de la autoestima, puede hacer la diferencia. Con ayuda apropiada el adicto empezará a concebir que puede lograr esas recompensas y a percibir que la abstinencia es una fuente de menor inquietud.

Las personas varían mucho en sus percepciones de las gratificaciones y el sufrimiento. El terapeuta debe descubrir lo que cada persona considera una gratificación y un sufrimiento para poder ayudarla a percibir la adicción y la abstinencia junto con su respectivo programa de recuperación y asesoría profesional desde una perspectiva apropiada. La combinación de las experiencias de fondo con la anticipación realista de los beneficios del programa de recuperación hará posible encaminar al adicto hacia el proceso de recuperación.

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¿Cuando, cómo, dónde y quién, le dará una razón, un motivo, provocará una circunstancia, generará una situación para CAMBIAR?